Importancia de la investigación en Nutrición Clínica
Como transmitirla a las nuevas generaciones de profesionales
Es frecuente durante la formación de profesionales de la salud, sin importar la especialidad, que estos se vean empujados por sus instructores a desarrollar un trabajo de investigación. Ya sea en formato “a propósito de un caso”, un “observacional” o de “casos y controles”. Estos son formatos accesibles que representan la puerta de entrada a la investigación durante las etapas formativas. Algunos pocos participan en ensayos clínicos, y más raramente en ensayos multicéntricos.
En lo personal, como residente conté con la suerte de ser llevado a la investigación por mi instructor, de ser dirigido por un profesional que me mostro el fértil terreno del soporte nutricional, y que me facilito los contactos para ahondar en dicha area. Luego de terminar mi formación, recorrer mi camino como especialista, continuar investigando y publicando (trabajos originales, revisiones temáticas, capítulos de libros y editor), puedo decir que la investigación y la divulgación son un pilar fundamental del camino recorrido y sin el cual me costaría seguir trabajando.
Es por esto por lo que considero que la investigación en nutrición clínica es fundamental en el desarrollo de los profesionales que hacen del tratamiento nutricional su proyecto formativo.
No es raro que un profesional en formación se pregunte “¿Por qué?, en que me beneficia realizar investigación”. Es en momentos como este cuando como formador uno se pregunta como transmitir la importancia de la investigación a esta nueva generación que busca una relación directa ente acción y beneficio.
¿Cómo explicarle que el primer beneficio es el conocimiento?, cuando uno investiga un tema desarrolla ese conocimiento en profundidad. Más conocimiento es igual a mejor desempeño como profesional, ese sería el primer aforismo que tendríamos que transmitir.
Se podría afirmar que el conocimiento nuevo que se genere de su investigación va a permitir que los pacientes reciban un mejor tratamiento. Es importante remarcar que ningún trabajo de investigación es insustancial, tanto como si su hipótesis resultase negativa como si fuera correcta y sea un avance para la salud. Dado que hasta estos resultados negativos encuentran sitios para ser publicados y difundidos como es en “The all Results Journals”. Es necesario entender el hecho de que los resultados negativos de una investigación se consideran positivos para toda la comunidad científica y ayudan a ahorrar tiempo y dinero en investigación. Dado que un camino descartado por un investigador puede en el futuro evitar que sea recorrido infructuosamente por otro, o que facilite a investigadores posteriores elegir el camino adecuado más fácilmente.
Si hemos podido desarrollar toda esta justificación sobre la importancia de la investigación, y de alguna forma han reconocido la importancia genérica de la misma, llega la pregunta más sustancial para las nuevas generaciones: “¿cuánto gano por hacer trabajos de investigación?, ¿me van a pagar más?”. Cuando llegamos a este punto es donde debemos sincerar la realidad, ya que la investigación básica, o clínica, en Latinoamérica no es una actividad que se estimule monetariamente.
De hecho, la mayoría de los que hemos realizado investigación, lo hemos hecho durante nuestro tiempo personal y familiar, sin contar con un pago extra por ello. Ya que vemos la investigación como una forma de vida, más que una forma de generar ingresos. Es más, pocos son los que acceden a becas para investigar, y eso luego de una contienda denodada entre especialistas ampliamente reconocidos y con más facilidades. Lo que hace que menos vean en esta área una salida laboral, o que puedan competir con investigadores consolidados.
Bien, en mayor o menor medida esta es nuestra realidad, por lo que sería necesario ver como la deconstruimos y realizamos una revolución de la investigación en Latinoamérica.
Como todo cambio que se precie de tal, no inicia desde afuera, si no desde adentro mismo. Cada centro debe encontrar la forma de facilitar la investigación. No solo que se le dé el lugar de relevancia que la investigación merece, y en especial en nuestra área la nutrición clínica.
Para aquellos que nunca realizaron investigación, iniciar sin apoyo o experiencia sería muy difícil. Es recomendable que inicien un proceso de autoconocimiento, lo cual implica el desarrollo de un registro, en el cual volcar el accionar de la nutrición en su centro/unidad. La construcción de indicadores de calidad, y de un registro consolidado es el primer paso en el camino de la investigación.
La formación continua de los miembros del equipo en temas del área ayuda al crecimiento intelectual, y facilidad para la interpretación de los resultados del registro realizado. Y de esa forma iniciar procesos “Do-Check-Act”, que permitan mejorar nuestro accionar profesional.
Una vez que se madura de esta manera, podemos iniciar procesos de investigación, mostrar nuestra experiencia y resultados. Esta base nos permite luego desarrollar trabajos de investigación observacionales propios, descriptivos, luego analíticos. Ya con ese background, se puede transformar nuestro conocimiento como equipo/institución en revisiones temáticas, trabajos originales, o participar en ensayos clínicos organizados por centros o equipos con mayor experiencia.
Pero repito, todo inicia con el registro sistematizado del trabajo realizado, compactado y comprimido en una base de datos que nos ayude a organizar los resultados, y nos permita comparar nuestro accionar con nosotros mismos y con otros.
Este camino requiere de compromiso, voluntad, deseo de superación, y amor por el paciente. Sabiendo que probablemente este trabajo no sea reconocido por nuestros pares, ni por la institución en la que trabajamos. Como dice el Dr. Armando Lara, en su poema “Ser médico es fácil”: “Me pides muchacho aclare tus dudas, que como fantasmas, te acosan y apuran. Seguro que esperas respuestas maduras que alumbren a giorno tus sombras oscuras”. “Calmante de angustias, dolores o hambre, curioso obsesivo que explora incesante el cuerpo, la psiquis, el mundo o el aire, sin renunciar nunca a beneficiarles”. “Ya ves mi muchacho, no te me acobardes, vocación ya tienes, completa el bagaje, junta valentía, honradez, coraje, y verás entonces: ser médico...es fácil”.
Por lo que ser investigador en nutrición clínica también es fácil, si logramos juntar todas esas cualidades.